Israel acusa a Bélgica de blanquear al terrorismo palestino

El ministro de Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, criticó al canciller belga, Maxime Prévot, por su respaldo a la Autoridad Palestina (AP), asegurando que dicha posición “sirve únicamente a los intereses de los terroristas, no al diálogo ni a la paz”.

Sa’ar recordó que la AP nunca ha cesado en su política de financiar a los responsables de atentados y a las familias de quienes asesinan israelíes, además de promover de forma sistemática la incitación al odio contra el Estado judío.

“Apoyar un Estado palestino en estas condiciones es, en la práctica, apoyar un Estado terrorista, una base para más ataques y nuevas atrocidades como las del 7 de octubre”, advirtió el ministro en un mensaje publicado en X.

| La Derecha Diario

Las declaraciones surgen tras la decisión de Washington de negar y revocar visados a dirigentes de la AP y de la OLP antes de la Asamblea General de la ONU, medida que afectó incluso al presidente Mahmud Abbas y a otros 80 altos funcionarios.

El Departamento de Estado explicó que la decisión busca responsabilizar a la dirigencia palestina  por incumplir compromisos internacionales y por socavar las perspectivas de paz.

Prévot, también viceprimer ministro, criticó la medida estadounidense como “un golpe a la diplomacia”, pero su postura fue interpretada en Jerusalén como un intento de legitimar a una dirigencia  que, en lugar de avanzar hacia la paz, continúa en una “guerra legal y política contra Israel”, en palabras de Sa’ar.

Desde Ramala, el portavoz presidencial Nabil Abu Rudeineh pidió a Estados Unidos revertir la medida  y anunció contactos con países árabes y europeos para presionar en ese sentido.

Sin embargo, la decisión de Washington —respaldada por las advertencias israelíes— marca un endurecimiento de la postura occidental hacia una dirigencia palestina  que no ha condenado de manera consistente el terrorismo ni ha puesto fin a la incitación en su sistema educativo.

Francia y Arabia Saudita planean liderar una conferencia en Nueva York el 22 de septiembre para discutir la llamada solución de dos Estados.

Pero la exclusión de Abbas y de gran parte del liderazgo palestino de la Asamblea General refleja una realidad incómoda para Europa: el creciente aislamiento diplomático de la AP, acusada de mantener vínculos estructurales con el terrorismo en lugar de construir un camino hacia la paz.

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