Este semana, hubo dos convocatorias médicas en La Plata para reclamar a las autoridades bonaerenses. El martes, médicos residentes de hospitales públicos marcharon a la sede de la Gobernación para exigir mejoras salariales. 24 horas después, la protesta fue de un grupo en el otro extremo de la pirámide etaria: no los que están formándose como especialistas, sino los que ya deberían estar jubilados o próximos a hacerlo.
El “guardapolvazo”, como denominaron a la reunión, lo organizaron profesionales autoconvocados de toda la Provincia que, destacan, son “un movimiento absolutamente apolítico”. Lo que buscan es que se empiece a poner el foco en un problema que, aseguran, es acuciante: la imposibilidad que tienen de jubilarse. No porque legalmente no puedan hacerlo, sino porque la jubilación les implicaría dejar de ejercer, con el consecuente impacto en el bolsillo, entre otras consecuencias.
Lo hicieron este miércoles en el marco de la presentación en el auditorio de la Cámara de Diputados provincial del proyecto de ley que modifica el artículo 47 de la Ley Previsional de los Médicos, que creó la Caja de Médicos en la provincia de Buenos Aires.
Este artículo establece que para jubilarse a través de la caja a la que aportan, los médicos deben entregar su matrícula provincial. Por ende, ya no pueden ejercer en el territorio bonaerense. Es por este motivo que en el ámbito médico le dicen “la caja de las viudas y viudos”. “Nadie se puede jubilar y te morís ejerciendo la profesión”, grafica un médico a Clarín.
“Hace 12 años debería haberme jubilado, como es un derecho humano reconocido por las Naciones Unidas y por nuestra Constitución nacional. Pero no pude hacerlo porque obviamente no podría vivir con el monto que se asigna por jubilación en este momento a través de la Caja de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, una cifra que está debajo del nivel de pobreza”, expresa Edgardo Rolla, reconocido ginecólogo que colaboró en la elaboración del proyecto de modificación de la ley de la diputada Alejandra Lorden (UCR) y uno de los profesionales que lleva la voz cantante del reclamo.
En un video que compartió en sus redes, Rolla explica que para jubilarse “tendría que entregar mi matrícula y no podría ser más médico. La Constitución garantiza, además del derecho a la jubilación después de los años de aporte, el derecho a ejercer una profesión lícita. ¿Y cuál es la profesión para la cual yo estoy lícitamente habilitado? La medicina: destiné más de 12 años para formarme como médico y tengo una trayectoria de más de 50 años. ¿De qué debería trabajar? ¿De plomero?”.
Esta limitación en el ejercicio de la medicina a los jubilados existe en algunas jurisdicciones, pero no en otras. Así, los médicos pueden jubilarse y seguir trabajando en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes y Río Negro, por ejemplo.
En diálogo con este diario, Rolla da números con su propia experiencia. “Si me hubiera podido jubilar a los 65 años y seguir trabajando, ya habría cobrado el equivalente a 100.000 dólares”, calcula. Su situación es la de muchos otros médicos en la Provincia: estima que son unos 5.000 profesionales los que deberían haberse jubilado.
Otro dato grafica el interés de esta problemática en el círculo médico. “Somos 11.750 autoconvocados de los 60.000 médicos que supuestamente ejercen en la Provincia”, afirma Rolla, uno de los referentes en el país en cirugía laparoscópica ginecológica y fundador y ex presidente de la Sociedad Argentina de Endometriosis.
Lo que piden estos profesionales es poder jubilarse y, en caso de querer seguir activos, “pagar el aporte mensual más el 5% obligatorio de la facturación, pero cobrar lo que nos corresponde”. Rolla apunta a la Caja de Médicos, que siempre se opuso a esto diciendo que no tienen plata pero que sostiene “una burocracia carísima”. “La pregunta es, ¿puede existir una caja de jubilaciones que no puede jubilar a sus beneficiarios luego de 35 años de aportes y 65 de edad?”, resalta.
Jorge Mazzone, titular del Colegio de Médicos de la Provincia Distrito I, señala que la entidad que preside apoya el reclamo de los autoconvocados. Y suma otro tema: que quienes cobran sólo la jubilación de la caja médica ni siquiera tienen obra social y deben terminar atendiendose en un hospital público. Dice que son muchos los médicos que no trabajan para el sistema de salud público o privado: auditores, peritos y cada vez más profesionales que deciden dedicarse sólo a la práctica en sus consultorios.
Desde el Colegio de Médicos, traen otro pedido además de la derogación del artículo 47 de la ley: que se apruebe lo que se llama “comunidad vinculada”, para que “una parte del dinero que mueve la salud pueda destinarse a mejorar la jubilación de los médicos retirados”. “De todo el dinero que mueve la prescripción médica, como medicamentos o prótesis, se destine un ínfimo porcentaje de los impuestos para mejorar las jubilaciones. Sería un monto mínimo, pero en el volumen permitiría que le mejores significativamente lo que cobra el médico”, explica Mazzone.
Para los autoconvocados, derogar el artículo de la ley no solo redundará en beneficio propio, sino para todo el sistema sanitario, resentido por el decreciente interés que se expresa en que cada vez menos médicos se postulan a las residencias. «El ‘retiro’ obligatorio priva a la sociedad del beneficio de la atención calificada que pueden brindar los más experimentados», en un contexto en el que hay una escasez de «recurso joven» y una formación que requiere «el frecuente soporte por parte del médico más experimentado», expresan.
“La ley es de los años 60, cuando no existían ni la resonancia nuclear ni la cirugía laparoscópica, entre otros muchos avances. La expectativa de vida era otra. Y en esa época, con su jubilación, los médicos se compraban un Falcon 0KM cada dos años. Ahora, esa cifra está bajo la línea de pobreza: $ 760.000”, concluye Rolla.
AS